jueves, 11 de febrero de 2016

Terreno

sujetos que lo protagonizan: Los habitantes. En particular nos interesa la subjetividad espacial que los orienta en la construcción social del lugar. Dentro de la subjetividad espacial, nos concentramos en el “mito de la casa propia”. El trabajo tiene los siguientes objetivos: Descifrar ese fragmento del imaginario urbano que llamamos el mito de la casa propia. Y luego, indagar cómo se articula con las formas de habitar. En la primera parte se presentan las formas de aproximación al caso utilizadas para generar la información en trabajo de campo. Luego, se analiza el “mito de la casa propia”. Y en la última parte, se trata la articulación de este mito con las formas de habitar la periferia, distinguiendo dos tipos ideales: El habitar utópico replegado” y el habitar del rechazo atópico. Palabras clave: mito de la casa propia, periferia, habitar, subjetividad espacial, atopía/utopía Homeownership’s Myth and the Dwelling Forms (Abstract) This paper analyzes the process of Mexico City’s growth, covering a territory considered as “the paradigm of popular urbanization during the nineties”: The Chalco Valley. We study this process from the viewpoint of the subjects who are main actors: the inhabitants. Particularly, we are interested by the spatial subjectivity orienting them during the process of social construction of place. Inside the social subjectivity, we are focusing on the “homeownership’s myth”. In the last part, we are dealing with the articulation of this myth with the dwelling forms in the periphery, evidencing two ideal types: the first being an utopian and retreated dwelling form, and the other one sustained on atopian refused. Key Words: homeownership’s myth, periphery dwelling form, spatial subjectivity, atopia/utopia. Este texto se refiere a un territorio particular que ha sido considerado como el paradigma de la urbanización popular e irregular de los años noventa en la ciudad de México: Valle de Chalco, en el oriente de la ciudad. Es la periferia más externa y reciente de la ciudad hacia el sudoccidente y su incorporación al uso urbano, de manera irregular, se inició a fines de los años setenta. Uno de nuestros hallazgos de investigación de este territorio, y sobre el que nos centramos en esta ocasión, es el de “las utopías y quimeras” que mueven a los habitantes del lugar y que han formado parte importante de este proceso de avance de la periferia metropolitana hacia el oriente. Usualmente, esta componente de subjetividad espacial –las utopías espaciales [2] - se omite en la interpretación urbana, en buena medida por la regencia otorgada a las dimensiones económicas y a veces políticas, que suelen crear la ilusión de que todo lo explican. Cuando el estudio de la ciudad llega a incluir utopías, lo más frecuente es considerar las que han elaborado los urbanistas, pensadores y filósofos (Hiernaux, 2003), o dicho con otras palabras, el “segundo espacio” de Soja (1996). Pero a diferencia de aquellas utopías urbanas más reconocidas, aquí se consideran las utopías de los propios habitantes del lugar. Aunque también se debe reconocer que muchas veces, estas utopías del habitante resultan de la apropiación social de las grandes utopías de los urbanistas y pensadores (Hiernaux y Lindón, 2004). Las utopías y quimeras que orientan a las personas a establecer su residencia en un lugar marginal y carente de todo en un inicio, son parte de un imaginario colectivo, de una subjetividad compartida que emerge en decisiones y acciones concretas, como la compra de un lote irregular en la zona, como la decisión de dejar una vivienda compartida con familiares en una zona más céntrica de la ciudad y mejor equipada. En otra ocasión hemos analizado este nivel de acciones concretas desplegadas por los habitantes desde la perspectiva de las estrategias residenciales (Hiernaux y Lindón, 2003, Lindón, 1999). Frente a los enfoques tradicionales del mercado de suelo urbano, las estrategias residenciales agregan una dimensión no considerada y muy relevante como son redes articuladas de prácticas espacializadas realizadas por el habitante. Sin embargo, las estrategias residenciales tampoco agotan el tema, por eso en esta ocasión nos abocamos a otra faceta, como es la subjetividad espacial que acompaña a dichas estrategias y termina por concretarse en diferentes formas de habitar. En el caso de estudio, estos ideales –utopías, quimeras- encuentran un núcleo importante que estamos denominando el “mito de la casa propia”, al que se suele sumar otro mito también muy extendido, como es el de “ser patrón de sí mismo”. Estos retazos de la subjetividad colectiva en principio son relevantes en el momento en el que las personas deciden trasladar su residencia a la zona. Pero también juegan un papel importante una vez que las personas se instalan en el lugar y comienzan a establecer formas particulares de habitarlo. Desde esta perspectiva, nuestro trabajo tiene como objetivo descifrar ese fragmento del imaginario urbano colectivo vigente entre los habitantes de esta periferia, que llamamos el mito de la casa propia e indagar cómo se articula con las formas de habitar. Para ello, el texto se organiza de la siguiente forma: La primera parte del trabajo presenta de las formas de aproximación al caso que hemos utilizado para generar la información en trabajo de campo. Luego, se analiza el núcleo de la subjetividad espacial que denominamos el “mito de la casa propia”. Y en la última parte, se aborda la articulación de este mito con las formas de habitar la periferia, distinguiendo dos tipos ideales: El habitar atópico y la utopía de habitar la periferia. La presentación del caso y las formas de aproximación Como gran parte de los estudiosos de lo urbano en México, desde hace 15 años trabajamos sobre la conformación de la periferia de la ciudad. La periferia ha sido la expresión más evidente del dinamismo urbano. Y dentro de las periferias de la ciudad de México, la oriental atrajo toda nuestra atención por constituir la zona de expansión más acelerada de la ciudad desde los años ochenta. Actualmente este territorio alberga a medio millón de habitantes en unos 40 kilómetros cuadrados, en lo que a inicios de los años setenta era una zona rural. En la ciudad de México también se han desarrollado periferias bajo la modalidad de fraccionamientos exclusivos para sectores sociales de ingresos medios y altos [3] , (en general en el Occidente de la ciudad), pero nuestro interés se canalizó hacia la periferia oriental, es decir, hacia los grandes bolsones de pobreza urbana. También es importante diferenciar esta periferia de las iniciadas en las dos décadas previas, ya que la periferia vallechalquense se fue ocupando por un proceso de fraccionamiento irregular, con fines especulativos, y en el cual no hubo invasiones ni tomas colectivas y organizadas de tierras, como fue frecuente en las décadas precedentes. La incorporación de esta zona a la mancha urbana ocurrió exclusivamente dentro de mecanismos de mercado, aunque irregular, y ello contribuyó a que los comportamientos individuales de los diferentes actores fueran centrales. Desde un inicio comprendimos que estudiar este territorio bajo la etiqueta (y los enfoques) de pobreza urbana, territorios de la exclusión social o mercados de suelo urbano irregular, encubría la complejidad del caso. Por eso buscamos miradas alternativas a las legitimadas extensamente para estudiar este tipo de territorios, particularmente miradas de tipo micro y centradas en la espacialidad y en la vivencia del espacio. A lo largo de todos estos años tomamos distintos ejes analíticos para comprender un proceso complejo que denominamos la “construcción social de un territorio emergente” (Hiernaux y Lindón, 2000). Algo que hemos manejado en todos estos años es la necesidad de estudiar este proceso desde el punto de vista de los sujetos anónimos que protagonizan esta expansión urbana: Los habitantes de Valle de Chalco. Esto debe entenderse frente a la tendencia generalizada a estudiar este tipo de procesos desde el punto de vista de los fraccionadores y otros agentes que actúan desde esa perspectiva o con ciertas cuotas de poder. En las distintas etapas por las que hemos transitado en este tiempo, nos fuimos centrando sobre diferentes dimensiones de la vida cotidiana urbana, y también hemos recurrido a distintas aproximaciones metodológicas. Nuestros primeros acercamientos a la zona fueron a través de las técnicas más convencionales, aunque siempre produciendo nuestra propia información en trabajo de campo: Por un lado, recorridos y observación; por otro lado, encuestas por cuestionario: Los infaltables agregados. Hicimos distintas encuestas, aplicadas a diferentes muestras, en función de objetivos particulares. En unos casos la unidad de análisis fueron individuos, sobre todo seleccionados por la inserción laboral, pero la mayor parte de los cuestionarios fueron dirigidos a hogares. Como era de esperarse, el análisis de esta información fue de tipo cuantitativo, desde las formas más sencillas del análisis bivariado hasta modelos multivariados. A partir de 1993 fuimos introduciendo crecientemente aproximaciones cualitativas. Inicialmente triangulamos lo cuantitativo y lo cualitativo. Desde ese momento nos fuimos interesando cada vez más por el punto de vista del sujeto, es decir el habitante de la periferia. Actualmente, trabajamos casi exclusivamente con acercamientos cualitativos. Esto se relaciona con replanteamientos teóricos, por ejemplo, nuestro interés creciente en la construcción socio-simbólica del espacio y particularmente de los espacios vividos, la experiencia espacial y el papel del lenguaje en este proceso. Sobre todo nos ha interesado recuperar narrativas de vida de los habitantes. También en este caso hemos realizado narrativas autobiográficas a distintos perfiles de habitantes, de acuerdo a proyectos de investigación concretos: Mujeres, cónyuges, trabajadores por cuenta propia, propietarios de comercios, habitantes…. Este tipo de aproximación implicó que el análisis también tomó el curso de la interpretación crecientemente más densa. A lo largo del trabajo con las narrativas de vida, fuimos pasando por diferentes estrategias de análisis, desde las iniciales bastante ceñidas a una matriz de análisis construida en función de nuestros interrogantes teóricos, hasta otras posteriores en donde reconstruimos los esquemas analíticos más apegados a cada discurso. En cuanto a los sujetos estudiados, aunque varió el perfil, siempre fueron residentes de esta periferia pobre con trayectorias de vida marcadas por la alta movilidad espacial. La movilidad espacial ha variado entre unos y otros: A veces, era movilidad residencial a lo largo de la vida, otras veces era alta movilidad espacial cotidiana en el presente y también hallamos otra expresión de la movilidad espacial: La migración campo-ciudad y la migración a Estados Unidos. Asimismo, es importante señalar que no hemos estudiado situaciones promedio, ni tampoco situaciones que correspondan a la mayor parte de los casos. Más bien, nos interesa recuperar la heterogeneidad, las distintas voces, la polifonía. Precisamente, la polifonía incluye tanto lo muy instituido como l

No hay comentarios:

Publicar un comentario